domingo, 20 de junio de 2010

Querida madre tierra:



Te escribo hoy esta carta para saludarte y agradecerte en este, tu día.

Antes que todo, te diré que desde que tengo uso de razón, no dejo de deleitarme con las bellezas naturales que tú, querida madre, nos regalas cada día y noche.

Tierra, quiero darte las gracias por ser nuestro hogar, por mantenerme viva, a pesar del daño que durante años te hemos hecho, por brindarnos las mejores condiciones para la evolución de la vida.

Ahora y hasta que muera, me siento muy en deuda contigo, porque incondicionalmente, nos sigues entregando tus espacios, alimentos, agua, aire en fin, todo aquello que necesitamos como seres humanos.

Amado planeta, te juro que si pudiera, te haría un homenaje como Dios manda, nombrándote como lo mejor que existe en el universo, te lo mereces.

A pesar de todo, no puedo dejar de pedirte perdón, porque estoy consciente de que no he sabido cuidar y agradecer tu amor. Madre pídeme lo que quieras, estoy dispuesta a dar lo que fuera, con tal de recompensarte.

¡Feliz día hogar mío! Prometo que desde hoy, te haré valer, porque tú, al igual que yo, estás viva.

Con cariño y afecto

Tu hija Elizabeth Reyes Muñoz.

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