domingo, 20 de junio de 2010

Avatar.

Por Camila Rojas Vidal.



Esta película se sitúa en el año 2154, donde Estados Unidos, descubre en una luna llamada Pandora, un mineral extremadamente valioso. Esto impulsa a un grupo de científicos y solados a irrumpir en su mundo, un mundo protegido y amado por los Na’vi, los nativos del lugar, débiles en tecnología; y sabios en conocimiento.


Los Na’vi era una raza humanoide de esqueleto alto y piel azul. Ellos usaban la telepatía para conectarse con el mundo natural flora y fauna y su diosa madre era la energía proveniente de la naturaleza.


Para obtener información sobre ellos, los científicos humanos desarrollan Avatares, seres que resultan de la mezclar del ADN alienígena con el humano. Los Avatares también tienen aspecto de Na´vi pero son controlados a través de unas máquinas por científicos, bajo las órdenes del Ejército norteamericano.


Jake Sully, un ex marine parapléjico es convertido en Avatar. Él es enviado a introducirse, mezclarse y aprender de la cultura Na vi con el fin de ganar su confianza y lograr que estas tribus abandonen el lugar, donde se encuentra el más grande yacimiento del mineral y así los soldados puedan sacarlo y llevárselo a la Tierra.


Jake inicia su misión, pero al cabo de algunos días al ir involucrándose con los Na’vi se da cuenta que ellos aman su territorio y lo defenderán hasta morir si es necesario, pero ellos no abandonarán jamás ese lugar.


Es aquí, cuando se da cuenta que su misión tiene que dar un giro y tras una serie de inconvenientes el logra que los Na’vi, luchen por sus tierras, en contra de los humanos, uniéndose y confiando en él. Esto genera una batalla impresionante entre ambas razas.


Tras la destrucción masiva del lugar, los Na’vi ganan esta gran guerra y logran finalmente que los humanos desalojen su mundo lleno de vida y los dejen vivir en paz.


Debo reconocer que esta película no había capturado mi atención, pero ha sido una de las mejores

que he visto últimamente, en lo que a efectos especiales se refiere. Nos deja la enseñanza, que debemos luchar sin rendirnos por lo que uno más quiere.


Vemos también, como el ser humano es capaz de llegar tan lejos y ser tan cruel al punto de destruir la naturaleza solo por ambición. Esto es una clara visión de lo que hoy sucede a diario en el mundo. La contaminación, el daño a la capa de ozono, la tala de bosques, la caza indiscriminada de animales, la industrialización, etc… dañan nuestras vidas y la de todas las generaciones futuras, sólo para obtener beneficios económicos y lograr poder a nivel mundial.

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