Por Consuelo Rodríguez Cofre.
Partimos el día viernes 9/04/10, con la misión de ir a construir medias aguas para todos aquellos que quedaron sin un techo donde dormir. La organización era dirigida por alumnos de
El viaje hasta Cumpeo duró 4 horas y fuimos trasladados por un mini-bus de la universidad. Cuando llegamos a Cumpeo nos alojamos en carpas dentro de un gimnasio. Ahí dormimos todos los días junto con nuestros compañeros de trabajo para luego levantarnos a las ocho o nueve de la mañana.
Los primeros días fueron de prueba. Nos tuvimos que bañar con agua helada, dormir en el suelo (en carpas claro), tomar un desayuno y luego cenar cuando llegáramos del trabajo. Pero a pesar de esos detalles, todos pudimos superarlos y seguir levantándonos todos los días a trabajar.
El trabajo consistía en cargar paneles a los camiones y luego bajarlos. Otros grupos iban a la construcción de medias aguas a distintas zonas de Cumpeo o comunas cerca de esta.
Uno, dos, tres y levantábamos un panel, caminen con cuidado, ¡fuerza, fuerza ¡. Eran las palabras que escuchábamos todos los días, o en las mañanas: despierten son las ocho los camiones llegan a las nueve ¡levántense¡
Los días se nos pasaron volando y las amistades y gratificación que ganamos cada vez que entregábamos medias aguas era fantástica. Con decir que una de las casas donde entregamos paneles, el abuelito estaba de cumpleaños y se puso a llorar, más que le cantamos el cumpleaños feliz lo abrazamos hasta nos sacamos una foto con él. Esos son los recuerdos que creo yo que todos tendremos por siempre.
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